Celebrando 8 años de la bondad de Dios

Este domingo celebramos 8 años como familia. Somos de distintos lugares, hablamos diferentes idiomas pero nos une Jesús en su amor.

 

Salmo 100

Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra;
adoren al Señor con regocijo.
Preséntense ante él
    con cánticos de júbilo.
Reconozcan que el Señor es Dios;
    él nos hizo, y somos suyos.
    Somos su pueblo, ovejas de su prado.

Entren por sus puertas con acción de gracias;
    vengan a sus atrios con himnos de alabanza;
    denle gracias, alaben su nombre.
Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno;
    su fidelidad permanece para siempre.

 
 

Pablo ora por los efesios

Por eso yo, por mi parte, desde que me enteré de la fe que tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los santos, no he dejado de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones. Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo, sino también en el venidero (1:15-21).

 
 

Pablo ora de nuevo por los efesios

Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familiaven el cielo y en la tierra.vLe pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.

Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén (3:14-21).

 

Jesús, esta iglesia es tuya, es tu cuerpo, es la familia que se reúne en tu nombre. Hacé con nosotros lo que quieras. Enseñanos a vivir de la mano con vos. Gracias por tu amor que inunde nuestros corazones. Obrá en y a través de nosotros para tu gloria.